sábado, 18 de junio de 2016
Capítulo 12 : La carrera · Chapter 12: The race
Un día seré más rápida que tú. A pesar del cansancio de los años. A pesar de que en la carrera que hice para cazarte me cansé demasiado. A pesar de que estoy agotada. Corro a tu ritmo. Y tú corres al mío. Es una carrera equitativa.
De repente. Nos miramos. Uno al lado del otro. Los dos feroces. Podríamos abrir mucho la boca y enseñar los dientes. Podríamos saltar uno encima del otro, hacernos una bola. Tú tan grande como eres, y yo tan pequeña. Pero tan salvajes. Podríamos retarnos. Y gruñirnos. Y explotar. Pero eso ya ha pasado. Ha pasado que te adelanté, que me adelantaste. Que fuimos depredadores. Que fuimos presas. Ha pasado el no tener aliento para cazarte lo suficiente, y dejarte ir. Y ver cómo te escapas de mis fauces. Ver como te alejas, en la distancia. Verte el trasero y despedirme. Ha pasado también que me escapé. Que tú me tuviste que observar a los lejos y rendirte. Y tuviste que volver a la vida con uno de mis mechones entre los dientes. He corrido lo más rápido que he podido en esta historia. En todas las direcciones posibles. He variado de escenario. A veces he corrido por bosques espesos llenos de plantas de nombres impronunciables. A veces he corrido por el infinito y monocromo desierto. A veces por lugares pequeños, que acababan en un vidrio que no podía romper. Y contra el que aplastaba el morro queriendo traspasarlo. Pero he seguido corriendo. Y he seguido persiguiéndote. Y llegó un momento que no sabía por qué te perseguía. Si porque al final de la historia querría matarte o lamerte. Imaginaba que si te mataba sería con todas mis fuerzas. Y que si te lamía sería con todas mis fuerzas. Imaginaba que podían pasar las dos cosas. Que en mi mente era una asesina. Una asesina que no dejaba de querer perseguirte. La relación entre un cazador y su presa es una de las relaciones que más me obsesionaron. Cacé, lo suficiente. Pero en mi mente, la presa ideal estaba lejos. Y, a veces, se transformaba en una bestia que sabía que podía matarme. El cazador cazado. La cazadora cazada. Game over. Pero no. Ahora, me encuentro a tu altura. Con todo el camino por delante. Te observo. Voy dejando que me adelantes con tu pelo de lobo mientras intentó dar dos saltos más con mis patas de zorra. Somos casi de la misma especie. Puedo sentirlo. Los dos corremos muy rápido, y con todas nuestras fuerzas. Los dos encontramos difícil dejar de correr tras algo. Quizás, en ocasiones, ocurrió adormecerse. Hibernar. Comer mucho para descansar más tarde. Recuperar fuerzas. Ser otro al despertar. Con la misma apariencia pero con el cuerpo recompuesto del todo.
Level 1. Te miro fijamente. No deseo hacer más que eso. Por ahora la carrera es continua. Y en cualquier momento cualquiera de los dos puede decidir saltar. Arrancarnos el cuello. Puedes matarme. Saltar en mi yugular. Clavarme los colmillos hasta el fondo. Sentir mi muerte en tu morro de cánido. Será una muerte cálida que recompensará el esfuerzo de la caza. Pero no será suficiente. Y lo sabemos. Lo sabes. Lo sé. No paramos de cazarnos. Es agotador. No paro de querer cazarte. Nos desacompasamos. A veces yo estoy demasiado cansada. A veces tú estás demasiado cansado. A veces dejamos de mirarnos. Hacemos otras cosas. Tenemos otras vidas. Amamos diferente. Pero si vuelvo a mirarte no podré más que perseguirte. Seguirte. Adelantarme para que me sigas. Disimular. Hacer que no te veo. Y volver a la carga. Volvamos a la carga. Que no he dejado de perseguir tu rastro. Era demasiado intenso y estaba en casi todas las cosas. El gran grito no pudo con él. No podemos huir de lo que nos conforma. No podemos huir de nuestra especie. Ni de los que son como nosotros. Los que son como nosotros a veces son enemigos, amigos, amantes, familiares. No podemos huir de eso. Eres como yo. De mi clan. Me miro en tus ojos y sé que siempre podremos correr más rápido aunque estemos cansados. Confío en tu fuerza y sé que mi fuerza es más fuerte contigo. Sale de algún lugar. Y sé que solo con verme correr podrías tirar de un carro, si fuese necesario, porque sería por algo que va más allá de las cosas que he ido aprendiendo sin ti. Sería más que solo vivir. Contigo, siempre, es supervivir.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario