viernes, 16 de agosto de 2019

Chapter 26. Mono no aware


Ya sé lo que voy a tatuarme.

Mono no aware.

Miguel eres la belleza que dura un ratito. Arte. Que está, pero que nunca será mío y nunca podré llevármelo a ningún lugar conmigo más que en mis recuerdos.
Eres bello. Siento algo por ti similar a cuando observo, sigilosa y tímida, una gran obra de arte que seguirá allí tras mi muerte. Este sentimiento similar al amor seguirá aquí entre nosotros cuando me vaya, cuando te vayas.
Guardaría cada uno de los momentos bellos que hemos pasado juntos colgados en una pared. Tu sonrisa. La forma que tienes de hablarme. Tus miradas, todas las miradas. Tu expresión mientras duermes.
Pero nos separó la vida. Porque yo no entendía lo que era esto entre nosotros. Era único, pero era algo que no es para cada día. No es para la vida. No es rutina. No es ritmo para la felicidad.
Es ser especies diferentes y tocarnos. Y sentir que aún siendo especies distintas somos distintos iguales.

Eres bello. Y nuestro amor es bello. Siempre lo será. Y ahora me da por pensar que no debo equivocarme queriendo hacer de nuestro amor algo que no es. Un amor donde los dos somos bellos por un rato. Un ratito, nos sublimamos. Somos puro placer. Pura carrera. Puro juego. Pura pasión. Pero un ratito porque la vida es una rutina lenta que no todo el mundo puede aguantar en compañía.


miércoles, 19 de junio de 2019

Voy a vomitar nuestra historia hasta que desaparezcas ó Just Get Out


Hacía más o menos una semana que se había enterado de la peor de las formas -por casualidad- de que su ex le estaba poniendo unos cuernos de campeonato con una de sus mejores amigas. De ella.

Ana era una de esas personas que crees tu alma gemela. Alma siempre la llamaba para todo, para contarle penas y alegrías. Parecía ser una de esas mujeres profundas que te tocan el corazón con las palabras y que te entienden.
Sí. Con cada copa. Con cada café. Con cada paseo a lo largo de esos quince años. Alma había desnudado su yo más secreto a esa mujer.
Y... ahora. El dolor más intenso se clavaba en su estómago al leer esos correos electrónicos cargados de frases que le escribía a su novia y que ella ni siquiera era capaz de imaginar.
Asco.
Rabia.
Asco de nuevo.

El amor se va derritiendo lentamente de su cuerpo para dejar al descubierto a un ser diferente. Más parecido a un monstruo de piel rugosa, agrietada, rojo intenso. Suda. Y huele. Con cada palabra y cada frase se convierte en una herida abierta. Supura.

Por un momento se le pasa esto por la cabeza - Si cierro los mails todo volverá a ser como antes. Puedo fingir que no los he leído, que no existen. Puedo borrar esta historia de mi mente y, simplemente, hacer como si nada hubiese pasado- . Y durante un rato, se sienta en el suelo delante de la puerta abierta donde Alicia duerme plácidamente. La observa. - ¿En serio has podido hacerme esto?- . Sí. Ha podido. Y no solo ha podido sino que, por el tono de los correos, ha disfrutado.

En su cabeza se repite la frase:

"Se lo diremos a Alma después de las vacaciones, antes no, le romperíamos el corazón y las dos la queremos."

Las dos me queréis. Las dos me habéis tocado. Las dos me habéis visto llorar. Y me habéis besado. Y a las dos os he abierto mi corazón. Y, ahora, siento como si hubieseis estado planeando cuánta limosna me daríais para que tampoco fuese un dolor tan grande perderos.

Por que en estas historias se pierde. Siempre se pierde. Siempre hay alguien que pierde.

martes, 28 de mayo de 2019

Desapareces estando aquí y vuelvo a creer en los fantasmas

Hace tiempo que has desaparecido. Pareces no estar. Caminas lento y pausado por la casa sin mirar alrededor. Abres y cierras puertas. Enciendes luces. Haces ruidos estridentes que rompen el silencio de golpe. A veces toses. Estornudas. Se te cae una cuchara. Y yo me doy cuenta de que sí. De que estás. De que vivimos juntos.

Hace tiempo que ya no hablo de casi nada. Porque cada vez que hablo acabamos a gritos. Y eso es porque no te veo. No sé con quién estoy hablando, porque la persona que eras ya no está. En su lugar, hay un ser desconocido y oscuro. Un ser malhumorado. Un ser indescriptible. Como si tu proceso de putrefacción hubiese empezado sin yo darme cuenta. Dicen que a las personas que irradian luz las mueve el amor. Y tú, que cada día estás más oscuro, pareces alimentarte de odio. Odio hacia ti mismo y hacia todo lo que te rodea. El odio parece ser tu única conexión con el exterior. Y no deja crecer nada a tu alrededor.

Pensaba que lo tenía controlado y pensaba que podría ayudarte, de algún modo. Acercándome a ti y escuchando lo que tenías que decir, por muy malo que fuese. Pero desde hace un tiempo acercarme a ti es imposible. La lengua ya no nos une, como antes. Porque me he dado cuenta de que tu oscuridad va más allá de cualquier lengua. Y yo siempre he confiado en las palabras, y si no en tus ojos. Pero es que tu mirada ya no me habla. Has construido un muro y te has afincado tras él. Y no hay forma de comunicarse, así.

Entonces. ¿Qué hago con todo ese ruido que me rodea? ¿Qué hago? Porque es como si un fantasma se hubiese apoderado de la casa. No está, pero está en todos los lados. Y yo estoy y no estoy en ninguno.

Y, por supuesto, ese nosotros que un día fuimos se ha muerto de falta de luz, y de amor, y de cariño, y de empeño y de deseo.

Pensaba que podría ayudarte, y me estoy enfermando.


miércoles, 13 de marzo de 2019

Chapter 25: people & things / Capítulo 25: personas & cosas

Siempre me han interesado las personas. Cómo las personas piensan y se comportan. Cómo llegan a determinadas conclusiones.
Observar.
Tú observas las cosas y yo a las personas.

Y nos parece tan natural que no entendemos como el otro lo ve distinto.

O soy yo la que está empeñada en que lo veamos igual.

Puede.

Época de crisis.

Quiero estar con una mujer pero no quiero estar con esa mujer. No quiero una mujer. Ni quiero un hombre. Pero no es querer sino sentir y necesitar.

Estoy en la encrucijada entre la mente y el cuerpo. Y es la vida la que me pone entre la espada y la pared.

Eligiendo una cosa u otra  mi vida cambia.

Eligiéndolo a él mi vida cambia.

Y eso él no lo entiende porque solo entiende las cosas.

Para mi es incomprensible.

¿Cómo puede ser que entienda el funcionamiento de un coche y no pueda entenderme a mí?

Él dirá:

Un coche es un coche. Y tú no paras de cambiar de opinión.

Claro, soy una persona. Pero mi maquinaria es siempre la misma.

Personas, cosas y langostas. Peterson. Gracias a Peterson he aprendido porque estamos interesados en cosas distintas. Macho y hembra. Langostas. Nos comportamos como lo que somos, un hombre y una mujer.

Si todo fuese fácil sería como lo estoy diciendo ahora mismo, ni más ni menos, pero no lo es.

Yo no me siento una langosta. Al menos no mentalmente.

Aunque podría llorar si alguien cogiese a esa langosta y quisiese engullirla en caldereta.

Entiendo ahora por qué para Pablo es tan absurdo ser pansexual. No lo entiende.

Yo, que tengo tantas hormonas y ya no sé ni siquiera cuáles me representan, sí lo entiendo. Pero mi cuerpo no. ¿Qué hago?


miércoles, 9 de enero de 2019

Chapter 24: Silly moments/ Capítulo 24: Tonterías

Cuando Pablo entró en mi vida todo se llenó de tonterías. De silly moments. De tú no entiendes esto y yo no entiendo aquello.

Podíamos pasear. Podíamos tomar el sol. Podíamos oler, calmados, el jazmín que empezaba a florecer en nuestra terraza.

Pero preferíamos "disfrutar" de nuestras tonterías.

Podíamos mirarnos y tocarnos la piel. Y disfrutar del sexo por sexo o del sexo con amor. O de, simplemente, el placer de tener una piel que tocar que no fuese la nuestra.

Podíamos mantener una animada conversación, o no.

Pero nada era suficiente para aguantar el tedio de la vida.

Parecíamos mirarnos y cansarnos. Inmediatamente.

Entonces recordé. Yo no quería escribir esta historia.



Chapter 22: the praise/ Capítulo 22: la lloança

Hay pocas cosas con tanta fuerza como cuando ves una imagen. Cambiar de lugar y ver diferente es como cambiarse de ojos por la mañana y ser distinto. Y descubres cosas. No solo sobre ti, sino también sobre los otros y sobre las acciones y sobre las decisiones que debes o no tomar.

No es una pequeña cosa mirar alrededor.

Para mirar alrededor hace falta valentía y paciencia. Y determinación. Y tener las piernas poco entumecidas y el cerebro poco cansado.

- Cada vez que le veo la mirada triste me dan ganas de correr muy lejos. Muy lejos. De largarme a otro lugar. A uno donde haya remedios para las miradas tristes de los seres queridos. - se lo cuenta a su amiga. Su amiga la mira con ojos abiertos y perdidos entre la gente que pasa incensante dispuesta a hacer colas quilométricas para visitar el Templo de la Sagrada Familia.
- No le digas nada. Sé cariñosa con él pero no le digas nada. Así no le ayudarás. . Mastica un pequeño croissant integral con chocolate negro en las puntas. Unas migas quedan estacionadas en la comisura de sus labios. Y allí se quedan hasta que decide volver a abrir la boca. Entonces caen al suelo, ligeras y delicadas.
- Sé que es la mejor opción. Pero me cuesta. El silencio me cuesta. No hablar de lo que cada uno siente. ¿Cómo puede ser tan complicado hablar de uno mismo? ¿Cómo puede ser tan complicado hablar con la persona con la que has elegido vivir y a la que has elegido amar?
- Lo estás haciendo muy complicado. Él no quiere hablar. Él tiene su tiempo.
- ¿Y si su tiempo resulta ser infinito? ¿Y si no se le pasa nunca?
- Lo estás haciendo todo demasiado catastrofista. Así no arreglas nada. Solo te preocupas tú. Y, de paso, si empiezas a hablarle, le preocupas más también a él.
- Sí, tienes razón.

Sí. Le da la razón. Pero en sus ojos se dibuja la tristeza. Hay un juicio grande a sí misma. Se siente culpable. ¿Acaso es mala? ¿Aspira a demasiado? A poder ayudarle. Solo eso.

Chapter 24: ARTIFICIO: recuperar el pasado y volverlo presente porque el tiempo no existe

ARTIFICIERAS...: instrucciones
Aquí todo empezará por el final. Justo en la Z. la letra última, que puede ser la primera en cuanto gires la cabeza a un lado y tu compañero de mesa en la universidad o en la oficina se llame Zacarías o Záfrasa. Entonces, y solo entonces, sabrás con certeza que todo ha acabado. y te resignarás a caminar para saber el comienzo, como comenzó lo que acaba. Una no quiere leer desde el no principio. Pero, a veces, no hay alternativa. Por ejemplo, hoy, ya, no hay alternativa. Esto no es el principio, es el revés de esa palabra. ¿Sabrás? ¿Sí? ¿Sabrás?


Esto lo escribí hace mucho años, en 2007 y, sin embargo, es tan cercano a mí como mi último aliento, que ni siquiera he pensado. 

Es mi forma de escribir, que es un aliento, que es un parpadeo. Es instinto e inercia. No puedo pensar mientras escribo y siempre que he querido hacer eso la he cagado. De una forma ridícula y sublime. Queriendo no ser Yo. 

Podía haberme casado con un enano. 

Eso hubiese sido perfecto. Porque no estoy hecha para la perfección sino para mirar sin mirar. Para ver con el alma. Me tapo los ojos, respiro, sigo las marcas olfativas. Encuentro lo que encuentro. No me puedo quejar porque no lo elijo yo, sino la naturaleza, el destino. Y me intentan convencer de que controlo y no es cierto. Yo no controlo nada y por eso quiero explosionar y destruir lo que la naturaleza me manda. 

¿Por qué no me mandan algo afín a mí? ¿Por qué tus pistas son tan engañosas? La vida no me deja señales claras que seguir y unos y otros me aconsejan cosas muy distintas. ¿De quién debo fiarme?

Del soñador o del realista. Acaso solo me quede realismo para dar con la respuesta que busco y luego todo termine. Como cuando le encontré. Que fui construyendo la historia de cómo había llegado hasta él. Que pregunté a la luna una noche, y le pedí por favor muchas cosas como si tuviese en sus manos todas las respuestas a todo lo que me rondaba la mente. Lo pedí educadamente y con respeto y sucedió. 
Vamos a hacer una cosa, un trato. 
Voy a mantenerte aquí contándote una historia. Te voy a contar un cuento para que no te vayas, como llevas haciendo todos estos meses. Ese será el capítulo 25.