ARTIFICIERAS...: instrucciones
Aquí todo empezará por el final. Justo en la Z. la letra última, que puede ser la primera en cuanto gires la cabeza a un lado y tu compañero de mesa en la universidad o en la oficina se llame Zacarías o Záfrasa. Entonces, y solo entonces, sabrás con certeza que todo ha acabado. y te resignarás a caminar para saber el comienzo, como comenzó lo que acaba. Una no quiere leer desde el no principio. Pero, a veces, no hay alternativa. Por ejemplo, hoy, ya, no hay alternativa. Esto no es el principio, es el revés de esa palabra. ¿Sabrás? ¿Sí? ¿Sabrás?
Esto lo escribí hace mucho años, en 2007 y, sin embargo, es tan cercano a mí como mi último aliento, que ni siquiera he pensado.
Es mi forma de escribir, que es un aliento, que es un parpadeo. Es instinto e inercia. No puedo pensar mientras escribo y siempre que he querido hacer eso la he cagado. De una forma ridícula y sublime. Queriendo no ser Yo.
Podía haberme casado con un enano.
Eso hubiese sido perfecto. Porque no estoy hecha para la perfección sino para mirar sin mirar. Para ver con el alma. Me tapo los ojos, respiro, sigo las marcas olfativas. Encuentro lo que encuentro. No me puedo quejar porque no lo elijo yo, sino la naturaleza, el destino. Y me intentan convencer de que controlo y no es cierto. Yo no controlo nada y por eso quiero explosionar y destruir lo que la naturaleza me manda.
¿Por qué no me mandan algo afín a mí? ¿Por qué tus pistas son tan engañosas? La vida no me deja señales claras que seguir y unos y otros me aconsejan cosas muy distintas. ¿De quién debo fiarme?
Del soñador o del realista. Acaso solo me quede realismo para dar con la respuesta que busco y luego todo termine. Como cuando le encontré. Que fui construyendo la historia de cómo había llegado hasta él. Que pregunté a la luna una noche, y le pedí por favor muchas cosas como si tuviese en sus manos todas las respuestas a todo lo que me rondaba la mente. Lo pedí educadamente y con respeto y sucedió.
Vamos a hacer una cosa, un trato.
Voy a mantenerte aquí contándote una historia. Te voy a contar un cuento para que no te vayas, como llevas haciendo todos estos meses. Ese será el capítulo 25.
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